Te
levantas, como cualquier día, repasas oraciones, mantras, aseo,
alimentas al gato, suena la canción que despierta al día, lees las noticias aunque prometes no dejarte
contaminar por la realidad, paras, intentas la metáfora, se te atraganta el poema,
te refugias nuevamente en esos 140 caracteres que te resumen el mundo, que
desnudan un país, te sobran los motivos para fracturar la esperanza, se esconden los conceptos de resistencia,
tolerancia, te cuestionas, te deprimes, se acaba el chocolate, se opacan las
buenas noticias, se propaga la orfandad, sí, la orfandad, porque cada día un
niño pierde a su padre, pierde a su madre, todos saben, nadie dice, prohibida
la ira, el llanto, prohibido el rojo en la sangre, de nuevo las oraciones, los
mantras, el gato entiende, no come, se sienta al lado y acompaña, una noticia
descuella, la sangre no sabe ocultar su color, la niña no entiende el rojo en
su pierna, en los cuerpos inertes de los padres, la niña no entiende,
llora, siente miedo, mucho miedo a tanto rojo, miedo de ese rojo que le mutiló
el futuro, tú también sientes miedo, asco, no más rojo, suplicas porque este
país pueda amanecer desteñido.
Georgina Ramírez