PÓRTICO
Duele la vida
(...)
Las
múltiples voces que acá se levantan,
haciendo un trabajo de empatía con diversas situaciones, dan cuerpo textual
a la extranjera, la abandonada y la que abandona, al reo, al mutilado, la
prostituta, a la hija que pierde al padre, al niño de la calle, a quien errante
se siente en el país propio, al que sueña, al amante, a la que pregunta y a la
que calla.
La poeta se
asemeja al perspicaz y observador zahorí,
al que se le atribuye la facultad de ver lo que está oculto, incluso debajo
de la tierra; incluso bajo la tierra socavada del corazón, agrego yo. Y en esta
línea del tejer, recuerdo aquí y ahora, que antiguamente un zahorí indicaba dónde podía cavarse un
pozo. Y ella, la autora, indudablemente, con un péndulo lo cava.
Desmontadora
de oscuridades recónditas del alma, Georgina elige purificar la intención de su
escritura abordando sujetos que padecen, pues no quiere domesticar la rabia, sino hurgar núcleos de dolor, aflicción y
heridas esenciales, duelos de otros como propios, dándoles visibilidad
metafórica: la gota se hace eco si urge la entrega de lo que silente se esconde. Por ello,
consciente, acendra miradas con profunda atención al dolor social.
Georgina
Ramírez, poeta zahorí, enciende piras en la mesa del té cuando afirmativa traza
oráculos sobre el blanco mantel, para que sean alas en el transitar entre los
infaustos días del presente: la nostalgia
busca el abrazo pero son ajenos los cuerpos
∞ las mariposas no deben ser enjauladas ∞ custodio tu piel aún
adormecida en el poema ∞ padre no
apagues la luz.
Soy frágil / para los amados, escribe
Miyó Vestrini, y Ramírez se aferra a esa fragilidad al explorar sentimientos
mutantes, adentrada al lugar más oscuro de lo oculto, ante la extrañeza de tantas pérdidas sin
consuelo, que duelen y nos acompañan para nombrar el pánico y vencerlo,
convertida la fragilidad en manta nocturna del trascender poético.
Edda Armas
Extranjera
Soy inmigrante en mi cuerpo
¿dónde el rostro
una mueca quizá,
algún trazo?
Intento extraer los restos
ni siquiera una mano
para asirme al recuerdo
ni un diente para morder la herida
mi silueta
apenas una sombra
un breve instante si te nombro
Daño oculto
Me dejo caer en gotas sobre su lengua
Se entrega a pedazos
le devuelvo el gesto
A veces intuye que no soy suya
y me enternece
Los domingos
viene cargando abedules para mi vientre
y un trébol azul que me corre hasta los pies
Me bebo su calma cuando se duerme
le dejo toda la nostalgia en la espalda
me abrazo a sus sueños
entiendo
que aún no es el momento de decirle
que ya me he ido
La parada del colibrí
Tengo urgencia de tus labios
salgo a buscarte
en cualquier tormenta
Me bebo los cuerpos
que atraviesan esta nostalgia
las horas se hacen infinitas
en ese reloj no compartido
Me pierdo
en encuentros divergentes
hago de mi entrega
el más infeliz de todos los boleros
Ráfaga
Anclo en la vieja herida
la ato a un costado
sus labios cubro con bocas nuevas
desaparece
Pero alguien dice recuerda
hago el recorrido vertical por la memoria
y la gota se hace eco
bordeando tu nombre
Sangra
el invierno regresa
Solsticio
Silente
te escondes
detrás de mi cuerpo
Alma de niña
juega sin miedo
El viento
se ha ido
Equinoccio
No vuelvas
la mirada
sigue siendo tarde
a pesar
de la primavera

Puntos de sutura
Amor sí lo era
Dos cuerpos callados
ya no atentos al roce
De ese bocado primigenio
sólo una promesa queda
la taza de café sobre la mesa
que lejos de tus labios se enfría
en desconcierto
por vez primera
desde tu partida
dejo caer la gota que te nombra
El laberinto de creta
El hombre
en un lugar lejano
de su propia memoria
Fantasma de su ayer
¿Dónde quedó tu altura
dónde tus pasos
tu verde arrullando el día?
¿Dónde estás padre?
Aún el espejo
no te encuentra
Retrato en sepia
Quizá escriba un poema que no lleve tu nombre
despojado de vacío y ausencia
que no tenga tu aroma extraviando recuerdos
trascenderá tu cielo
superará tu altura
no tendrá el azul de tu mirada
la línea perfecta de tus labios
escribiré un poema donde no hable de ti
donde no te describa sobre mi cuerpo en fuego
derritiéndome
donde no evidencie que sin ti,
la felicidad es una circunstancia
no estará lleno de memorias y destinos
será escrito desde esa parte de mí que ya no habitas
Cuando llegue la hora de olvidarte
Noviembre cuarto
Hoy ha muerto mi padre
sólo el movimiento de mis labios
recuerda tierra
me hago nube
en casa pequeñas islas
naufragamos en intemperie
su aliento menguó
entre mis brazos
fragmentando el suelo
cerrando mis ojos con él
Intemperie
Él le regala su último adiós
La despide con la mirada envejecida
como quien ha visto tanto amanecer a su lado
que conoce todas las noches de su cuerpo
Ella le sujeta el alma
la anuda con palabras que ya no dicen
que son sólo errancia
Promete otra noche
una última noche estragada que no sepa de mañanas
que estalle en el temblor de las carnes
Hay recuerdos que no saben despedirse
La herida esencial
Me hace un inventario
lo tienes todo –dice–
mientras enumera
virtudes títulos posesiones y afectos
¿Sabe acaso mi madre
que nada tengo
si la pierdo?
Plegaria
Dónde los deditos de tus manos
niño triste
tarareando una canción
racimos púrpura
los gestos de tus brazos
La noche
engulle la miseria que desgarra tu día
Tañes tu sonrisa
a la tierra
que te arrulla
amamanta tu insomnio
Duerme niño
en tu cama de cemento
refúgiate del frío
que sirvan para algo
los periódicos de mi país
Reo número 329727
Reposa el hombre a la espera
marioneta de su destino
sólo un suelo pestilente cobija el sueño
Piensa en la madre
su sexo en venta para el sustento
y ese afán de protegerlo de las calles
obligado resguardo del desamparo
Mil cruces no bastaron para bendecirlo
Entrar descalzo al calabozo –ordenan–
en este inframundo
un par de trenzas pueden zanjar la vida
Qué entienden los zapatos de libertad
En el semáforo
Ellos te miran
esconden sus miedos
lavados al sol
la armadura de cristal
separa su hambre
de tu duda
separa su hambre
de tu duda
Inevitable la luz verde
otpoesía
Poesía Oscar Todtmann editores
Cuarto libro
Cuarto libro
Daño oculto
Georgina Ramírez
Poemas
Oscar Todtmann Editores
Coordinación Editorial: Luna Benítez
Diseño: Carsten Todtmann y
Pascual Estrada
© de esta edición OT Editores, C. A.
© Georgina Ramírez
ISBN: 978-980-407-XXX
Depósito Legal: lf25320148002XXX
Impresos Minipres
Caracas, Venezuela 2015
Los libros de OT editores también están
disponibles en Kindle y Amazon
Georgina Ramírez
Poemas
Oscar Todtmann Editores
Coordinación Editorial: Luna Benítez
Diseño: Carsten Todtmann y
Pascual Estrada
© de esta edición OT Editores, C. A.
© Georgina Ramírez
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Caracas, Venezuela 2015
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2 comentarios:
Sorprendente y magnífico trabajo, Georgina. Es un placer leerte y seguirte. ¡Gracias!
Mi blog tiene poco tiempo. He empezado a escribirlo hace poco, pero espero que te guste .
Un fuerte abrazo desde España. Seguimos en contacto.
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