jueves, 2 de abril de 2009


Huyes de mis brazos
me suicidas
llevando en tus labios
el polen
que oxigena mis pulmones

La prisa
no corresponde
a los amores eternos

Mi alma
fecundada de tus ojos
se halla preñada de miedo

la palabra
se nos vuelve anacrónica
y ni la arquitectura de los sueños
nos sostiene

Hay cierta vaguedad
en el olvido

Quedémonos en silencio

¿La tormenta solo derriba
a los débiles?

Quizá mañana lo sabremos.


Georgina Ramírez

7 comentarios:

Unknown dijo...

Y si lleva
por capitan y timonel
un corazón?

besos

Marian Raméntol dijo...

Unos ojos preñados por el miedo saben ver distinto, Georgia, aún cuando la palabra sea anacrónica.

Besos!
Marian

Patricia Angulo dijo...

"Mi alma
fecundada de tus ojos
se halla preñada de miedo"

Este verso me ha conmovido.

La tormenta pasa, hay que soportar ese miedo intenso con los dientes apretados y descubrir cuán vulnerable es uno, pero la tormenta pasa y al día siguiente cuando sale el sol, descubrís que eras mas fuerte de lo que pensabas.

Besos.

zoe dijo...

Quedémonos en silencio...

Walter Portilla dijo...

Georgia, es la paciencia la que corresponde a los amores enternos, verdad? no la prisa, muy cierto. Pero el amor es desesperado, impetuoso, quiere todo ya, quiere nunca nada. Y al amanecer del día siguiente, uno se da cuenta de que ese tipo de tormentas derriba hasta a los más fuertes.
Un beso querida amiga y un abrazote inmenso.

Mariel Ramírez Barrios dijo...

ni el miedo
ni la prisa
van bien con el amor.
Confundirnos a veces es fatal para el alma.
precioso poema,amiga,te extrañaba.

Viandante dijo...

"La prisa
no corresponde
a los amores eternos"

Pero qué belleza de verso!! (aunque no esté versado, pero tú me entiendes). Me has dado directo al corazón, vaya que no hay nada mejor que leer un poema cuando es el momento preciso. Voy de acuerdo con Walter, pero cómo evitar el descenso, hay cosas que no hay cómo detenerlas, el amor es una de ellas.

Un abrazo, un gusto leerte, como siempre