La muerte pasa de prisa
levanta mi falda
despeina la infancia
que te ciñe
recuerdos de tardes
suspendidas en tu espalda
Padre nuestro
que estás en la tierra
en los ojos del niño que te mira
en las alas del ave que parte
en la inocencia de un amor recién nacido
Padre nuestro
que te creces en la adversidad
que te haces nube y te haces roble
y de momento
un halito en tus ojos
te recuerda ángel
Padre nuestro
aún
no estés en los cielos
Georgina Ramírez
levanta mi falda
despeina la infancia
que te ciñe
recuerdos de tardes
suspendidas en tu espalda
Padre nuestro
que estás en la tierra
en los ojos del niño que te mira
en las alas del ave que parte
en la inocencia de un amor recién nacido
Padre nuestro
que te creces en la adversidad
que te haces nube y te haces roble
y de momento
un halito en tus ojos
te recuerda ángel
Padre nuestro
aún
no estés en los cielos
Georgina Ramírez
7 comentarios:
Nunca nos acostumbramos a lo inevitable, pero los recuerdos, los que quedan, los que apenas comienzan la vida, y hasta la naturaleza que nos rodea, nos va mostrando, que siempre estarán con nosotros, en todas partes.
Bello poema, casi un ruego, una oración, que nos ayuda a aceptar.
HILDE
Doloroso aceptar las pérdidas,pues con cada una marcha parte de nestra vida.
Besos
muy lindo el poema, pero triste a la vez..
si tenes ganas te dj mi pag para q pases.. www.nadasoloyo.blogspot.com
saluditos!! suerte!!
Poema susurro...
Me gustó mucho, Georgia.
(que se cumpla el deseo)
Gracias por leer, por comentar.
Nos seguimos leyendo.
Un abrazo
"Padre nuestro
que estás en la tierra
en los ojos del niño que te mira"
La mirada de un niñi ilumina como un faro en la noche en mitad de la tormenta!
qué bien saber de tu blog
ahora estoy de viaje
regreso pronto
qué bien en tí siempre la poesía
Presencia, entraga, tiempo, azul, fuerza, contigo, sereno, dormido, alegre, siempre juntos...
El hilo que nos une...
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